València la Vella. Riba-roja de Túria. 1978

26-06-197815-07-1978Francisco Javier Fortea Pérez
El establecimiento romano de "Valencia la Vella" es uno de los yacimientos arqueológicos valencianos del que se tienen noticias desde fechas muy remotas. . Se señaló el hallazgo de monedas romanas de época republicana, inscripciones latinas, un ara votiva de mármol rosa, terra sigillata, etc.
En el pasado año de 1977 el Servicio hizo las gestiones necesarias para efectuar una primera campaña de excavaciones que se planeó para este año. Mientras tanto, de la zona interior del recinto amurallado fueron extraídas muchas toneladas de tierra y piedras para la construcción de un paso elevado sobre la vía del ferrocarril de Valencia a Liria. Aunque tales extracciones de tierras fueron detenidas con la rapidez que fue posible, algunos elementos arquitectónicos pudieron ser salvados, las máquinas excavadoras destruyeron todo lo que había.
Estos hechos precipitaron la decisión del Servicio de iniciar la campaña de excavaciones planeada. Pero, dos días antes de iniciarla, de nuevo las máquinas excavadoras empezaron a desmontar el terreno adyacente a la vieja ciudad, esta vez por la parte exterior de las murallas. Detenidas estas operaciones por orden gubernativa, pudieron dar comienzo las excavaciones arqueológicas.
Las ruinas romanas, de cerca de tres hectáreas de superficie, se hallan en término de Ribarroja del Turia, en la partida de "Valencia la V ella", al sureste de la población, a unos tres kilómetros aguas abajo del Turia. Se hallan en una zona en la que el río ha cortado el terreno de su margen derecha y éste presenta un corte vertical sobre el Turia de unos cuarenta metros de altura, situado aproximadamente frente al Pla de la Vallesa y a La Cañada. Por esta parte, el poblado o ciudad era completamente inaccesible. El emplazamiento aprovecha también la elevación del terreno en las partes norte, oeste y suroeste, lo que da al emplazamiento un carácter de posición natural fácilmente defendible. Rodeando las ruinas, una muralla, completa su carácter de posición inaccesible.
En el interior del recinto amurallado se veía un gran amontonamiento de piedras, algunas de ellas sillares romanos de excelente calidad, con abundantes tégulas y restos de muros. Este amontonamiento presentaba una planta rectangular de, poco más o menos, 21x10 metros. Ante la sospecha de que se tratara de las ruinas de un edificio, se abrieron seis catas: cuatro de dos por dos metros, una de tres por dos y otra de dos por uno. Se descubrieron, en efecto, los cimientos de una gran edificación, que por sus características tiene la mayor importancia. Es un edificio de aproximadamente 15 metros de longitud por 7 de anchura, construido hacia el siglo IV d.C. Por sus dimensiones se puede deducir que se trata de un edificio de carácter público, posiblemente una basílica paleo-cristiana (¿posible relación con Pla de Nadal?). Lo interesante es que este edificio fue construido utilizando elementos arquitectónicos pertenecientes a edificios muy anteriores: sillares de perfecta labra y grandes dimensiones están aquí en los más profundos cimientos, junto a piedras de menos calidad, a veces incluso sin desbastar. Todo el edificio se vino abajo en época desconocida y algunos de los sillares de las paredes se derrumbaron. Muchos sillares como estos se conservaban hace siglos por la superficie del yacimiento, pero han sido recogidos para construir hormas de bancales y otras edificaciones. Todo ello indica que, aún en época tan tardía, cuando el Imperio romano está en franca decadencia, "Valencia la Vella" era un centro importante.

(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1978, pp. 74-77)
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