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EL ESCENARIO EPIGRÁFICO EN LAS CIUDADES
ROSARIO CEBRIÁN
Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València
La epigrafía constituye un elemento consustancial al marco urbano de las ciudades antiguas; la
necesidad de trasladar a los ciudadanos un sistema de referencias que permitieran identificar los
edificios, los afanes de notoriedad de determinados individuos y la proyección pública de la política
y la religión, se fundieron en una práctica epigráfica progresivamente marcada por tendencias uniformes y rasgos comunes, de modo que las ciudades se convirtieron en escenarios epigráficos singularizados sólo por las tradiciones locales y las dimensiones del espacio monumental.
Las ciudades se constituyeron como centros cívicos y sociales, donde el control imperial de las
obras públicas, con programas decorativos oficiales, logró la uniformidad de los criterios constructivos. Lógicamente, la financiación privada tuvo un peso importante en la construcción de los espacios públicos de las ciudades y sus evergetas no olvidaron dejar constancia epigráfica de ello.
En la monumentalización jugó un papel destacado la epigrafía. Desde Augusto, se extendió la
costumbre de honrar a los emperadores y a los miembros de la familia imperial con pedestales de estatuas erigidas en los foros. También, las elites locales utilizaron los pedestales con estatuas honoríficas como forma de auto-representación y mostrar su rango social. Tampoco fueron ajenos a esta
práctica los sectores de la población que contaron con la solvencia económica suficiente para imitar
la costumbre de las elites.
Las ciudades valencianas demostraron su prestigio y la riqueza de sus elites al utilizar la epigrafía en los lugares públicos. No sólo colocaron pedestales de estatua con inscripción en los foros sino
que además los edificios públicos se transformaron en soportes epigráficos de grandes dimensiones.
El escenario epigráfico presentado por las diferentes ciudades del área valenciana durante la época
imperial nos ofrece una multitud de soportes en los que aparecen los nombres de los emperadores,
miembros de su familia y de las personas más importantes, sus cargos y sus méritos, que se situaron
preferentemente en los foros.
De entre todas ellas, fue Saguntum la ciudad más monumental ya que contó con unas circunstancias históricas excepcionales, suficientes para crear un escenario urbano propio de las capitales de las
provincias hispanas. Cn. Baebius Geminus inauguró la participación privada en la construcción de la
ciudad, al pagar el foro con el dinero que dejó en su testamento (CIL II2/14, 374). Le siguieron los individuos que desempeñaron cargos dentro de las magistraturas locales y aquellos que consiguieron
los honores del orden ecuestre y senatorial, entre los que se situaron miembros de las familias de los
Aemilii, Calpurnii, Fabii, Fuluii, Licinii, etc, sin olvidar a los Baebii. Junto a ellos, la comunidad de los
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Inscripción del foro de Saguntum. [Archivo SIP].
Fragmento de inscripción monumental con letras de bronce que se situó en el foro de Saguntum y que conmemora su contrucción por el rico
saguntino Cn. Baebius Geminus.
Pedestal de Viria Acte de l’Almoina (Valencia).
Pedestal tallado sobre piedra caliza de buixcarró del
foro de Valentia. En él se menciona a Viria Acte, una liberta que desempeñó un papel importante en la vida
pública de la colonia.
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EL ESCENARIO EPIGRÁFICO EN LAS CIUDADES • ROSARIO CEBRIÁN
saguntini expresó su lealtad al emperador Augusto y miembros de su familia con la dedicación de
dos pedestales de estatua (CIL II2/14, 305 y 306).
En los primeros años del siglo I, el foro de Saguntum albergaba numerosos pedestales epigráficos
con sus correspondientes estatuas, si aceptamos que la presencia de un pedestal honorífico presupone la existencia de una estatua de material lapídeo o metálico. Al mismo tiempo, se situó, al menos, una estatua ecuestre dedicada a C. Fabius Probus por su padre, el cual también pagó el soporte
de la estatua y el texto epigráfico (CIL II2/14, 385).
Saetabis fue otra de las ciudades valencianas que, muy pronto, inició la costumbre de erigir estatuas
en los lugares públicos. Entre los años 6-4 a.C. se levantó una estatua dedicada a C. Caesar y se honró a
Q. Iunius Iustus, magistrado municipal, en época de Tiberio (CIL II, 3620). Durante el siglo II, la zona pública de Saetabis contó con un pedestal de estatua ecuestre dedicado a M. Granius Superstes (CIL II, 3624).
También la colonia de Ilici documenta una dedicación al emperador Augusto por C. Maecius Celer (CIL II,
3555) sobre un soporte en forma de columna, tallada sobre caliza de Buixcarró extraída de una canteras
cercanas a Saetabis. Por otra parte, T. Statilius Taurus, patrono de Ilici durante la época de Augusto, fue
honrado con un pedestal de estatua (CIL II, 3556). Desconocemos la identidad de los espacios públicos
ocupados por los pedestales de Saetabis e Ilici, pues aún no han sido localizados sus respectivos foros.
El impulso urbanístico que vivió Valentia en época flavia se tradujo en la construcción de un importante conjunto arquitectónico monumental. Su nuevo foro albergó una estatua del emperador Tito (6979), probablemente dedicada por la comunidad de los Valentini (CIL II2/14, 13). La mentalidad abierta
de la población de la colonia en la que tuvo mucho que ver la presencia de inmigrantes y de un puerto
con actividad comercial, permitió a algunos ricos personajes contar con una estatua en la plaza pública. Entre ellos, encontramos a L. Scribonius Euphemus, el cual gracias a su riqueza personal consiguió
acceder al cargo de sevir augustal y poseer un pedestal epigráfico con estatua en el foro de la ciudad
(CIL II2/14, 29). La misma situación se repitió con Q. Sertorius Abascantus (CIL II2/14, 30), pero su pedestal de estatua, dedicado por sus libertos, debió situarse en su uilla, a juzgar por el lugar de hallazgo
de la inscripción, extramuros de la ciudad. Además, mandó construir un edículo con su dinero en la
zona pública de Valentia (CIL II2/14, 12).
El reconocimiento social también le llegó a Viria
Acte, una rica liberta que fue propietaria de un taller de arar(um) et signorum y que debió tener un
papel importante en la vida pública de Valentia,
ya que fue honrada con cuatro pedestales de estatua en el foro (CIL II2/14, 37, 81, 82 y 83). Junto a
ellos, se situaron los pedestales de algunos miembros femeninos de las familias más influyentes de la sociedad valenciana, como fueron los Sertorii y los Antonii (CIL II2/14, 43 y 76).
En Edeta, los pedestales de estatua que se situaron en su espacio
público nos presentan a M. Cornelius Nigrinus Curiatius Maternus,
que consiguió acceder al ordo senatorial por adlectio de los emperadores Vespasiano y Tito (CIL II2/14, 125, 126 y 127). Su carrera se
desarrolló entre finales del siglo I y principios del siglo II y fue una
de las personas más influyentes del municipio, ya que llegó a optar al trono imperial. También su hijo contó con un pedestal de estatua (CIL II2/14, 128). El resto de los pedestales honoríficos hallados en el municipio nos ofrecen los nombres de seis magistrados
municipales y de un individuo que perteneció al orden ecuestre.
Inscripción de las termas de Lucentum.
[MARQ].
M. Popilius Onyx financió la construcción
de unas termas en el municipio de Lucentum, dejando constancia de su acción en
una inscripción que se colocó a la entrada
del conjunto termal.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Inscripción de l’Almoina, Valencia.
Dintel de la puerta de entrada a un edificio religioso hallado en el foro de Valentia con la inscripción que menciona a
los dos personajes que pagaron su construcción.
La financiación privada en la construcción de edificios públicos se documenta también en Lucentum. Allí, el rico liberto M. Popillius Onyxs, que ocupó el cargo de seuir augustal, construyó un templo
(CIL II, 3563) y unas termas con su dinero. Los soportes utilizados en el cincelado de ambos textos
fueron incrustados en alguna de las paredes de los edificios. El municipio de Lucentum dedicó una
placa con inscripción a los emperadores Marco Aurelio y Cómodo (CIL II, 5958), que, probablemente, fue colgada de la fachada de algún edificio público, construido bajo sus mandatos.
En Dianium, habrá que esperar a la dinastía de los emperadores antoninos para ver erigir los primeros pedestales de estatua en su foro. La elite local, compuesta por las familias de los Cornelii, Granii, Sempronii, Terentii y Valerii, entre otros, utilizó los pedestales de estatua para demostrar su riqueza personal y prestigio social al resto de sus conciudadanos. Destacamos el pedestal que, por
gratitud, levantó el municipio para honrar la acción de un miembro de la elite social, del que desconocemos su nombre, el cual canalizó las aguas de lluvia y proporcionó a la población el suministro
de grano necesario para un año, debido a una mala cosecha (CIL II, 3586).
La reconstrucción del macellum de Villajoyosa a finales del siglo II fue realizada con el dinero de
M. Sempronius Hymnus y su hijo M. Sempronius Reburrus (CIL II, 3570). Su gesto quedó grabado en la
misma mesa del mercado.
No sólo los foros de las ciudades valencianas alojaron pedestales de estatua. Así, por ejemplo, en
los templos, los monumentos epigráficos informaban sobre los dioses venerados, las acciones realizadas individualmente en pro de las divinidades e incluso el nombre de la persona que costeó las
obras o el del dios venerado. Es el caso de la placa situada en la fachada del templo dedicado a las
Nymphas en Edeta por algunos miembros de la familia de los Sertorii (CIL II2/14, 121), de la donación
que M. Marcius Celsus realizó en el templo dedicado a Hércules en Valentia, que incluyó una estatua
del dios, un ara y unos bancos (CIL II2/14, 5) o la tabula ansata cincelada en la parte superior de la
puerta de entrada a un edificio religioso también de Valentia, en la que se lee que un edetano y L. Fabius Fabianus pagaron con su dinero la construcción y su decoración arquitectónica.
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EL ESCENARIO EPIGRÁFICO EN LAS CIUDADES
ROSARIO CEBRIÁN
Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València
La epigrafía constituye un elemento consustancial al marco urbano de las ciudades antiguas; la
necesidad de trasladar a los ciudadanos un sistema de referencias que permitieran identificar los
edificios, los afanes de notoriedad de determinados individuos y la proyección pública de la política
y la religión, se fundieron en una práctica epigráfica progresivamente marcada por tendencias uniformes y rasgos comunes, de modo que las ciudades se convirtieron en escenarios epigráficos singularizados sólo por las tradiciones locales y las dimensiones del espacio monumental.
Las ciudades se constituyeron como centros cívicos y sociales, donde el control imperial de las
obras públicas, con programas decorativos oficiales, logró la uniformidad de los criterios constructivos. Lógicamente, la financiación privada tuvo un peso importante en la construcción de los espacios públicos de las ciudades y sus evergetas no olvidaron dejar constancia epigráfica de ello.
En la monumentalización jugó un papel destacado la epigrafía. Desde Augusto, se extendió la
costumbre de honrar a los emperadores y a los miembros de la familia imperial con pedestales de estatuas erigidas en los foros. También, las elites locales utilizaron los pedestales con estatuas honoríficas como forma de auto-representación y mostrar su rango social. Tampoco fueron ajenos a esta
práctica los sectores de la población que contaron con la solvencia económica suficiente para imitar
la costumbre de las elites.
Las ciudades valencianas demostraron su prestigio y la riqueza de sus elites al utilizar la epigrafía en los lugares públicos. No sólo colocaron pedestales de estatua con inscripción en los foros sino
que además los edificios públicos se transformaron en soportes epigráficos de grandes dimensiones.
El escenario epigráfico presentado por las diferentes ciudades del área valenciana durante la época
imperial nos ofrece una multitud de soportes en los que aparecen los nombres de los emperadores,
miembros de su familia y de las personas más importantes, sus cargos y sus méritos, que se situaron
preferentemente en los foros.
De entre todas ellas, fue Saguntum la ciudad más monumental ya que contó con unas circunstancias históricas excepcionales, suficientes para crear un escenario urbano propio de las capitales de las
provincias hispanas. Cn. Baebius Geminus inauguró la participación privada en la construcción de la
ciudad, al pagar el foro con el dinero que dejó en su testamento (CIL II2/14, 374). Le siguieron los individuos que desempeñaron cargos dentro de las magistraturas locales y aquellos que consiguieron
los honores del orden ecuestre y senatorial, entre los que se situaron miembros de las familias de los
Aemilii, Calpurnii, Fabii, Fuluii, Licinii, etc, sin olvidar a los Baebii. Junto a ellos, la comunidad de los
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Inscripción del foro de Saguntum. [Archivo SIP].
Fragmento de inscripción monumental con letras de bronce que se situó en el foro de Saguntum y que conmemora su contrucción por el rico
saguntino Cn. Baebius Geminus.
Pedestal de Viria Acte de l’Almoina (Valencia).
Pedestal tallado sobre piedra caliza de buixcarró del
foro de Valentia. En él se menciona a Viria Acte, una liberta que desempeñó un papel importante en la vida
pública de la colonia.
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EL ESCENARIO EPIGRÁFICO EN LAS CIUDADES • ROSARIO CEBRIÁN
saguntini expresó su lealtad al emperador Augusto y miembros de su familia con la dedicación de
dos pedestales de estatua (CIL II2/14, 305 y 306).
En los primeros años del siglo I, el foro de Saguntum albergaba numerosos pedestales epigráficos
con sus correspondientes estatuas, si aceptamos que la presencia de un pedestal honorífico presupone la existencia de una estatua de material lapídeo o metálico. Al mismo tiempo, se situó, al menos, una estatua ecuestre dedicada a C. Fabius Probus por su padre, el cual también pagó el soporte
de la estatua y el texto epigráfico (CIL II2/14, 385).
Saetabis fue otra de las ciudades valencianas que, muy pronto, inició la costumbre de erigir estatuas
en los lugares públicos. Entre los años 6-4 a.C. se levantó una estatua dedicada a C. Caesar y se honró a
Q. Iunius Iustus, magistrado municipal, en época de Tiberio (CIL II, 3620). Durante el siglo II, la zona pública de Saetabis contó con un pedestal de estatua ecuestre dedicado a M. Granius Superstes (CIL II, 3624).
También la colonia de Ilici documenta una dedicación al emperador Augusto por C. Maecius Celer (CIL II,
3555) sobre un soporte en forma de columna, tallada sobre caliza de Buixcarró extraída de una canteras
cercanas a Saetabis. Por otra parte, T. Statilius Taurus, patrono de Ilici durante la época de Augusto, fue
honrado con un pedestal de estatua (CIL II, 3556). Desconocemos la identidad de los espacios públicos
ocupados por los pedestales de Saetabis e Ilici, pues aún no han sido localizados sus respectivos foros.
El impulso urbanístico que vivió Valentia en época flavia se tradujo en la construcción de un importante conjunto arquitectónico monumental. Su nuevo foro albergó una estatua del emperador Tito (6979), probablemente dedicada por la comunidad de los Valentini (CIL II2/14, 13). La mentalidad abierta
de la población de la colonia en la que tuvo mucho que ver la presencia de inmigrantes y de un puerto
con actividad comercial, permitió a algunos ricos personajes contar con una estatua en la plaza pública. Entre ellos, encontramos a L. Scribonius Euphemus, el cual gracias a su riqueza personal consiguió
acceder al cargo de sevir augustal y poseer un pedestal epigráfico con estatua en el foro de la ciudad
(CIL II2/14, 29). La misma situación se repitió con Q. Sertorius Abascantus (CIL II2/14, 30), pero su pedestal de estatua, dedicado por sus libertos, debió situarse en su uilla, a juzgar por el lugar de hallazgo
de la inscripción, extramuros de la ciudad. Además, mandó construir un edículo con su dinero en la
zona pública de Valentia (CIL II2/14, 12).
El reconocimiento social también le llegó a Viria
Acte, una rica liberta que fue propietaria de un taller de arar(um) et signorum y que debió tener un
papel importante en la vida pública de Valentia,
ya que fue honrada con cuatro pedestales de estatua en el foro (CIL II2/14, 37, 81, 82 y 83). Junto a
ellos, se situaron los pedestales de algunos miembros femeninos de las familias más influyentes de la sociedad valenciana, como fueron los Sertorii y los Antonii (CIL II2/14, 43 y 76).
En Edeta, los pedestales de estatua que se situaron en su espacio
público nos presentan a M. Cornelius Nigrinus Curiatius Maternus,
que consiguió acceder al ordo senatorial por adlectio de los emperadores Vespasiano y Tito (CIL II2/14, 125, 126 y 127). Su carrera se
desarrolló entre finales del siglo I y principios del siglo II y fue una
de las personas más influyentes del municipio, ya que llegó a optar al trono imperial. También su hijo contó con un pedestal de estatua (CIL II2/14, 128). El resto de los pedestales honoríficos hallados en el municipio nos ofrecen los nombres de seis magistrados
municipales y de un individuo que perteneció al orden ecuestre.
Inscripción de las termas de Lucentum.
[MARQ].
M. Popilius Onyx financió la construcción
de unas termas en el municipio de Lucentum, dejando constancia de su acción en
una inscripción que se colocó a la entrada
del conjunto termal.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Inscripción de l’Almoina, Valencia.
Dintel de la puerta de entrada a un edificio religioso hallado en el foro de Valentia con la inscripción que menciona a
los dos personajes que pagaron su construcción.
La financiación privada en la construcción de edificios públicos se documenta también en Lucentum. Allí, el rico liberto M. Popillius Onyxs, que ocupó el cargo de seuir augustal, construyó un templo
(CIL II, 3563) y unas termas con su dinero. Los soportes utilizados en el cincelado de ambos textos
fueron incrustados en alguna de las paredes de los edificios. El municipio de Lucentum dedicó una
placa con inscripción a los emperadores Marco Aurelio y Cómodo (CIL II, 5958), que, probablemente, fue colgada de la fachada de algún edificio público, construido bajo sus mandatos.
En Dianium, habrá que esperar a la dinastía de los emperadores antoninos para ver erigir los primeros pedestales de estatua en su foro. La elite local, compuesta por las familias de los Cornelii, Granii, Sempronii, Terentii y Valerii, entre otros, utilizó los pedestales de estatua para demostrar su riqueza personal y prestigio social al resto de sus conciudadanos. Destacamos el pedestal que, por
gratitud, levantó el municipio para honrar la acción de un miembro de la elite social, del que desconocemos su nombre, el cual canalizó las aguas de lluvia y proporcionó a la población el suministro
de grano necesario para un año, debido a una mala cosecha (CIL II, 3586).
La reconstrucción del macellum de Villajoyosa a finales del siglo II fue realizada con el dinero de
M. Sempronius Hymnus y su hijo M. Sempronius Reburrus (CIL II, 3570). Su gesto quedó grabado en la
misma mesa del mercado.
No sólo los foros de las ciudades valencianas alojaron pedestales de estatua. Así, por ejemplo, en
los templos, los monumentos epigráficos informaban sobre los dioses venerados, las acciones realizadas individualmente en pro de las divinidades e incluso el nombre de la persona que costeó las
obras o el del dios venerado. Es el caso de la placa situada en la fachada del templo dedicado a las
Nymphas en Edeta por algunos miembros de la familia de los Sertorii (CIL II2/14, 121), de la donación
que M. Marcius Celsus realizó en el templo dedicado a Hércules en Valentia, que incluyó una estatua
del dios, un ara y unos bancos (CIL II2/14, 5) o la tabula ansata cincelada en la parte superior de la
puerta de entrada a un edificio religioso también de Valentia, en la que se lee que un edetano y L. Fabius Fabianus pagaron con su dinero la construcción y su decoración arquitectónica.
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